jueves, 17 de septiembre de 2009

Mamá, quiero ser funcionario

La cosa está que arde en los despachos del Ayuntamiento de Vélez. La noticia de que un grupo de 11 funcionarios se ha embolsado más de 35.000 euros en concepto de horas extra por la gestión de las obras del Plan ZP ha sentado como una patada en sálvese la parte a otros muchos trabajadores municipales.


Los pagos extraordinarios oscilan desde los 2.000 a los 5.000 euros, y desde el Equipo de Gobierno se argumenta en que, con esta gestión, se ha ahorrado dinero ya que la contratación de personal externo al consistorio hubiese sido más costosa.
La réplica viene cuando se analiza la naturaleza del propio Plan Zapatero cuyo objetivo era crear empleo en estos momentos de crisis laboral, reactivar la economía. Pero en este caso no ha servido para tal fin, sino que sólo para reactivar las nóminas de unos funcionarios y trabajadores que ya cuentan con un puesto laboral seguro.

La oposición se empeña en que no era en este asunto donde el Gobierno municipal debía ahorrarse los cuartos, ya que los 12 millones de euros del Gobierno han llegado para contratar a personas de las listas del paro. Seguramente la austeridad haya que aplicarla en otros apartados, y no vamos a hacer demagogia barata.

Pero la cuerda se tensa aún más cuando se conoce que frente al pago de estas cantidades a un grupo personas, otras se quejan de que de un tiempo a esta parte en EMVIPSA tienen problemas para recibir sus sueldos a final de mes. El ambiente se enrarece entre el personal municipal.

Hace algunos meses, un estudio publicado en La Opinión de Málaga afirmaba que más del 50% de los estudiantes universitarios de la provincia querían o aspiraban a ser funcionarios y, visto lo visto, quién podría decir no a un puesto laboral fijo. Al fin y al cabo la empresa pública no va a quebrar. O, al menos, eso esperamos.

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